El fabricante de carcasas y ejes para el sector de la automoción, Dana Automoción S.A., celebró el pasado otoño un taller para dejar de fumar en colaboración con la Asociación Española contra el Cáncer, AECC. Se trata de una acción en la que colabora GESINOR, fruto del acuerdo que mantienen ambas entidades.
Visto el resultado de esta iniciativa, un año después de su desarrollo, sus promotores coinciden en que estamos ante “un ejemplo práctico” que bien puede servir para otras empresas en su objetivo de reducir la incidencia del hábito del tabaco entre sus empleados.
En el caso concreto de Dana, la acción se inició con un 26% de trabajadores fumadores cuyo consumo medio oscilaba entre los 15 y los 20 cigarrillos al día, según las cifras recogidas por su departamento de prevención y salud laboral.
Así, tras colocar varios carteles informativos con la oferta del taller en las áreas que la empresa tiene reservadas para los fumadores, se logró la inscripción de 21 personas, de los que solo 14 llegaron a realizarlo de forma íntegra. A este grupo hay que sumar el caso de 2 empleados más que, por incompatibilidad de horarios, lo hicieron en la propia sede de la AECC en Pamplona y, el de otro, que lo llevó a cabo en la de Estella.
Cabe recordar que el taller en cuestión consistió en 6 sesiones impartidas por el psicólogo de la Asociación en horario de 15 a 16:30 horas en semanas alternas en la propia sede de la compañía. Para aquellos empleados que terminaban su jornada laboral a las 14 horas, la empresa puso a su disposición el servicio de comedor en la propia Dana para facilitar su asistencia posterior a la terapia.
RESULTADOS Y VALORACIONES
Completado el programa, la tasa de éxito de abandono tabáquico rozó el 80% de los participantes, un logro que se mantuvo al mes y medio de su conclusión. Posteriormente, a pesar de que se han producido algunas recaídas el nivel de satisfacción ha sido alto por lo que la intención de la empresa es que, más adelante, realizarán otros talleres similares.
Tal y como subraya Raquel Martínez, enfermera de Dana, “con que solo 1 de los asistentes hubiera dejado el tabaco, ya sería un éxito” ya que, dejar el consumo de tabaco, comenta, “es un proceso de cambio que requiere un gran esfuerzo”.
Por este motivo, además de plantearse muy seriamente la posibilidad de repetir la experiencia, Martínez defiende la validez de la metodología que se ha aplicado ya que, al basarse en la escucha activa y la asunción de diferentes ópticas dentro de un clima de respeto, “favorece los procesos de cambio y posibilita a los participantes llevar su propio proceso y su ritmo terapéutico”, apunta.
Igualmente, destaca de la propuesta planteada por la AECC en la que colabora GESINOR que “proporciona una sensación de apoyo y sentimiento de pertenencia que sirve de estímulo, además de crear un compromiso con uno mismo y con el resto del grupo”.